Puede parecer que DOGE no es más que un meme para perros. Pero cuando se trata del sistema federal de nombre en clave DOGE, iniciado por Ilon Musk, no es cosa de risa.
Mientras algunos se preguntaban hasta dónde estaban dispuestas a llegar las ideas del empresario sobre la «optimización de la gestión gubernamental», las autoridades estadounidenses encendieron el modo inspección a toda velocidad. La Government Accountability Office (GAO), una agencia independiente del Congreso, ha puesto en marcha una auditoría a gran escala de DOGE. Su objetivo es comprender qué ocurre realmente con el acceso a los datos en departamentos clave de todo el país.
¿Qué es el DOGE y por qué le Persiguen los Auditores?
DOGE, o «Departamento de Eficiencia Gubernamental», se concibió originalmente como un marco para ayudar a liberar de burocracia a los organismos federales, unificar sistemas de datos dispares y simplificar la gestión de los recursos gubernamentales. Pero, de hecho, el proyecto, puesto en marcha en virtud de la orden ejecutiva de Donald Trump, ha suscitado multitud de dudas tanto sobre la seguridad de los datos como sobre la competencia de los empleados a los que de repente se les ha dado acceso a los sistemas gubernamentales.
Muchos de los llamados «operadores DOGE» procedían de empresas privadas vinculadas a Musk y no tenían experiencia gubernamental. Sin embargo, fueron ellos quienes accedieron a información sensible, desde flujos financieros del Tesoro hasta datos fiscales y sistemas de prestaciones sociales.
El Congreso no pudo mantenerse al margen. En marzo, la GAO puso en marcha una auditoría formal para averiguar hasta qué punto la DOGE cumple las leyes de privacidad y protección de datos.
¿Cómo se Audita Exactamente a la DOGE?
La auditoría abarca una serie de organismos, desde el Departamento de Trabajo y Educación hasta el Departamento de Seguridad Nacional y la Administración de la Seguridad Social de los Estados Unidos. Los auditores solicitan información lo más detallada posible:
- El acceso de los empleados del DOGE a todos los sistemas y bases de datos.
- Configuración de seguridad de los dispositivos de trabajo entregados a los operadores de DOGE.
- Registros de actividad, políticas internas de seguridad y documentación de incidentes de uso indebido de datos posibles o reales.
De particular interés es el hecho de que los representantes de la DOGE han intentado, según memorandos internos, obtener derechos de edición de datos. Hasta ahora, nos aseguran los funcionarios del DOGE, sólo tienen derechos de sólo lectura. Pero el mero hecho de tales peticiones hace que los expertos se pongan tensos.
¿Por qué es Motivo de Preocupación?
Funcionarios y expertos expresan su alarma no sólo por las posibles infracciones técnicas. Es por la amenaza potencial a la intimidad de millones de estadounidenses. Como señaló el congresista Richard Neal, los estadounidenses esperan que sus datos personales en los sistemas gubernamentales estén seguros. Sin embargo, en el caso del DOGE, no hay ninguna garantía de ello.
El escándalo se ve alimentado por el hecho de que entre los empleados del DOGE hay personas que trabajaron anteriormente en empresas de Musk y no están cualificadas para trabajar con datos del Gobierno. Uno de estos empleados incluso recibió derechos para cambiar código en los sistemas del Departamento del Tesoro. Imagina la magnitud de los riesgos: desde detener los pagos de la seguridad social hasta comprometer la integridad de los registros fiscales.
¿Cuáles son los Próximos Pasos?
La GAO tiene previsto finalizar la auditoría a finales de primavera. Los resultados de la auditoría se harán públicos, como han prometido tanto los propios auditores como los miembros del Congreso. Mientras tanto, los auditores están examinando todos los rastros posibles de la actividad de DOGE en los sistemas gubernamentales.
La pregunta sigue abierta: ¿los datos a los que accedieron los operadores del DOGE se compartieron con terceros o se utilizaron para entrenar modelos comerciales de IA? ¿O tal vez no hubo ninguna filtración? La prueba dirá.
Una cosa es segura: la historia de DOGE no es sólo otra excéntrica iniciativa de Elon Musk. Es una prueba real no sólo de la fortaleza del sistema gubernamental estadounidense, sino también de su capacidad para proteger los datos de los ciudadanos en una era de experimentación tecnológica.